Pepi Lora
Pepi Lora, «Pepi a de la tienda».
Detrás de esa frase tan sencilla, se esconde una gran mujer, una mujer adelantada a su tiempo y comprometida con las personas que la rodeaban. Seguro que mucha gente de tu Pueblo te recuerda y te echa de menos, porque fuiste una mujer honesta, entregada a tus clientas de la tienda que se sentaban a charlar un ratito contigo porque se sentían reconfortada porque, si las bolsas de la compra eran muy pesadas, no dudabas en acercárselas más tarde en el coche.

Sentías que podías ayudar a los necesitados, visitando semanalmente Regina Mundi para echar una mano a la monjita en la postura.
Era una ferviente cristiana y quería acercar la figura de Jesús a los más pequeño. Esto te llevó a colaborar en la iglesia siendo catequista de los niños y la niña de primera comunión.
También fuiste tesorera de la Asociación de fibromialgia de Gelves, pensando en cómo preparar actividades atractivas para dichos mujeres.
Amiga fiel de su amigas y, en el papel familiar, fuiste una esposa, madre, hermana y abuela única. Siempre pensando en tus hijos, hijas, nietos y nietas, ¡ que orgullosa estarías hoy de ellos y de ellas, de los nietos y nietas!
Una mujer que, aunque no pudo conseguir su sueño de ser enfermera, le encantaba leer, viajar y disfrutar de su familia, su mayor tesoro,
Se fué demasiado pronto y nos dejaste el corazón roto, pero tus enseñanzas y tu legado siempre lo intentaremos tener presente.
ESTÉS DONDE ESTÉS Y SEGURO QUE ESTÁS EN UN LUGAR PRIVILEGIADO, GUÍANOS Y CUÍDANOS SIEMPRE MAMÁ.