Magdalena Murillo
Nació el 22 de Febrero de 1907. Su vida fue larga, ya que murió con 90 años y estuvo siempre ligada al pueblo de Gelves. Desde joven vivió en la finca llamada El Pandero, heredada de sus antepasados, y la que dirigía personalmente con la ayuda del capataz y su mujer, Curro y Esperanza, que vivían también en la finca.


Se casó en la parroquia del pueblo: Nuestra Sra. de Gracia.
Durante toda su vida El Pandero fue su meta y su único anhelo y, por ende, el pueblo de Gelves.
Más que hablar de Magdalena habría que hablar del Pandero pues era el punto de referencia de tantos chiquillos y jóvenes que iban a bañarse en la alberca, que ponían trampas para los pájaros y que si se encontraban valientes “toreaban” al carnero que se encontraba suelto con las ovejas por el campo, y así mil anécdotas que los que todavía viven y podrán contar. También fue una fuente de trabajo para jóvenes y adultos, en la recogida de aceituna y naranjas y en las mil labores que tiene el campo.
Era conocida porque los domingos, considerándolo día del Señor, no quería que nadie trabajara aunque pagaba el sueldo integro. Por ello, los trabajadores correspondían tratándola con cariño y todos se sentían a gusto. Las mujeres también eran llamadas a ayudar en las mesas de aceitunas y en las naranjas. Todo el pueblo conocía y conoce el Pandero, que consideraban como suyo, y por supuesto todos conocían a la Srta. Magdalena.
Ya muy mayor, se trasladó a Sevilla y se le ocurrió la idea de vender pedacitos de su querida finca a sus convecinos de Gelves en muy cómodos plazos para que todos pudieran tener una casa a su gusto; se reservó, eso sí, la huerta con su noria y su alberca que era a lo que más cariño tenía y que rodeaba la casa. Actualmente está cedido al pueblo y, dicho sea de paso, el Ayuntamiento ha sabido embellecerlo. Creando un bonito parque para el disfrute de todo el pueblo.
Mujeres Siemprevivas de Gelves
Aquí puedes localizar su calle en nuestro pueblo.